Autor(es) Juan David de la Torre Sotoca , ISBN:9788490450499.
Editorial Comares
279 páginas, 1ª edición, En distribución desde junio 2013, INDICE

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Son innumerables las definiciones sobre el significado de «cultura». Sin ánimo de detenernos en las concretas aportaciones y con la idea de subrayar el significado esencial, las conceptualizaciones del término se pueden agrupar en dos enfoques. Por un lado, aquellas que ponen el acento en la dimensión social y entienden como tal aquello que sirve para identificar algo representativo de una determinada colectividad. Por otro lado, las aportaciones que descansan en la dimensión individual de la cultura para subrayar la esencia creativa en cuyo caso interpretan la cultura como que se trata de una creación personal, de una idea que se plasma en una obra de arte o de un producto cultural original .
Sin embargo, a la cultura se le viene reconociendo también una dimensión económica hasta el punto de que, desde finales del siglo pasado y con mayor vigor en la actualidad, se le atribuye cierta autonomía a este plano de estudio bajo un ámbito de conocimiento que se agrupa con la denominación de Economía de la Cultura. Tal ámbito se encuadra como una rama disciplinar dentro del amplio objeto del área de conocimiento que abarca la Ciencia Económica. Como subraya Luis César HERRERO PRIETO «la cultura y la economía constituyen, cada vez más, dos dimensiones indisociables de una misma realidad: por un lado, fuente de riqueza; por otro, elemento simbólico y respaldo de identidad ».
Se entiende que la cultura integra un conjunto de actividades que tienen naturaleza económica por cuanto que participan en el desarrollo económico y son fuente de empleos. Es innegable que el papel de la cultura, o de lo que ahora se denomina industrias culturales y creativas, tiene un indudable potencial de generar ingresos, empleos y ganancias, a la vez que es un instrumento de promoción de la inclusión social, la diversidad cultural y el desarrollo humano.
Pero desde esta perspectiva económica de la cultura resulta preciso objetivar que se entiende por cultura para llevar a cabo cualquier análisis sobre la misma. Ello nos lleva a delimitar el ámbito de la cultura y cuantificar la misma para determinar las interrelaciones de la cultura con la economía.