Autor(es) José Luis Monereo Pérez, José Antonio Fernández Avilés, María Dolores García Valverde y Juan Antonio Maldonado Molina , ISBN:9788483552704.
Editorial Aranzadi
Estudio sistemático y crítico de la Ley 31/2006, de 18 de octubre.
300 páginas, 1ª edición, En distribución desde junio 2007,
Precio: 52,00€ (iva incluido)  bono-5% Entrega en mano GRATIS en 24 H

Pedir 

Más sobre Dº Laboral  Dº Mercantil

La Ley 31/2006, de 18 de octubre, de implicación de los trabajadores en las sociedades anónimas y cooperativas europeas, procede con cierto retraso a la transposición de la Directiva 2001/86/CE al ordenamiento jurídico español. El debate de fondo sobre la implicación de los trabajadores en las organizaciones productivas -y ahora en esta figura societaria europea- forma parte de la propia definición del "modelo social europeo". Dicho modelo se encuentra sujeto a fuertes presiones derivadas de la globalización de la economía y las renovadas exigencias de competitividad. Estas exigencias vienen poniendo a prueba la viabilidad de un modelo social euripeo caracterizado por la imposición jurídica de un relativo grado de participación en las organizaciones productivas. Interesa destacar que la implicación de los trabajadores en la DE, más allá de una reduccionista visualización como coste o simplemente como una legislación "intrusiva" que actúa al modo de handicap de las empresas europeas, ofrece a las organizaciones productivas la posibilidad de una renovación en materia de implicación de los trabajadores.

Esta renovación se contextualiza en el fenómeno de las renovadas técnicas de dirrección de recursos humanos, o mejor de dirección de personal, el nuevo énfasis sobre el trabajo en equipo, la competitividad por la innovación, la alta cualificación, la movilidad y la polivalencia funcional de los trabajadores (capaces de integrar las innovaciones técnicas y de implicarse en los objetivos de mejora de la competitividad y de calidad de empresa). La eficiente operatividad de tales elementos que dan fisonomía a las nuevas formas de gestión de las organizaciones productivas requieren de una renovación del organigrama decisorio de la empresa. Los trabajadores deben dejar de ser simples destinatarios de las instrucciones empresariales para pasar a formar parte de unas estructuras decisorias menos jerarquizadas dentro del proceso empresarial de toma de decisiones, junto con la exigencia de una mayor implicación de los trabajadores, puede suponer un acicate al renacimiento del "activismo" a nivel de empresa y la exigencia de integrar a los trabajadores en la estructura societaria a largo plazo. La perspectiva de una mano de obra cualificada y responsable, capaz de integrar las innovaciones técnicas y de asociarse a los objetivos de incremento de la competitividad y la calidad, solamente se hace posible estableciendo amplios espacios de participación de los trabajadores en los procesos decisorios a todos los niveles empresariales. La necesidad de métodos más consensuados y flexibles de diseminación del conocimiento dentro de la empresa y el establecimiento de una más efectiva consulta (o instancias de codecisión) dentro de las empresas hacen del proceso de creación (de)/reestructuración (en) una SE una oportunidad para la introducción de cambios institucionales y organizacionales que incrementen las posibilidades de implicación real y activa de los trabajadores en las organizaciones productivas. Este es el elemento de conexión entre las exigencais organizativas y productivas y los mecanismos de institucionalización de un "papel activo" del trabajo en la empresa. Así pues, todo el nuevo debate sobre la participación deja de anclarse exclusivamente sobre las propias -y legítimas- perspectivas sindicales (como avance en la democracia industrial fortaleciendo los derechos de implicación de los trabajadores), para situarse también en el plano de las necesidades y demandas de las empresas (la búsqueda de soluciones a los problemas de racionalización, desarrollo y competitividad de las empresas). La implicación aparece como una de las precondiciones básicas para el éxito de un entrepreneurialismo europeo basado sobre acuerdos comunes negociados entre las empresas y sus trabajadores sobre los objetivos estratégicos empresariales alcanzables a través de sistemas de codecisión o al menos a través de robustos mecanismos de información y consulta de los trabajadores.